Por Wilfredo Alayón (Prensa Latina)
Fotos: Elsa Galup
Originalidad y buen gusto matizan el medio centenar de obras que compiten en la VI Feria Puro Arte: Pasión por la Artesanía, aunque los humidores acaparan hoy la atención de los visitantes a la exhibición.
Patrocinada por la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA), la cita ocupa su sexta jornada en el centro histórico de Matanzas, tricentenaria ciudad distante 100 kilómetros al este de La Habana.
El humidor tradicional es un cofre hermético de madera provisto de un higrómetro para conservar la humedad necesaria, de manera que las vitolas mantengan su calidad intrínseca.
Con el transcurso del tiempo y el ingenio de los artífices estos dispositivos dejaron de ser las cajas de tabiques planos, para convertirse en verdaderas obras de arte que en subastas pueden alcanzar valores de varios miles de dólares.
También los creadores abrieron la gama de materiales a emplear en su construcción y a la acostumbrada madera han sumado, por ejemplo, la piel.
La vedette este año en la cita de los miembros de la ACAA de la provincia de Matanzas, es una labor de 1,6 metros de alto por similar de ancho, que rememora el célebre coliseo romano.
Otras piezas no menos admiradas son las réplicas de un auto de principios del siglo XIX, una pirámide, escudo de armas, araña y hasta de un motor de agua y sus conexiones de tuberías.
Los participantes en el evento, fijado hasta el 24 de mayo, concursan por el Gran Premio, tres primeros lugares y el galardón de la popularidad en las especialidades de humidores, utilitario, decorativos, plástica y coleccionismo.
Como parte del programa se ofrecen conferencias, muestras de coleccionistas y actividades vinculadas con las artes visuales.
Patrocinada por la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA), la cita ocupa su sexta jornada en el centro histórico de Matanzas, tricentenaria ciudad distante 100 kilómetros al este de La Habana.
El humidor tradicional es un cofre hermético de madera provisto de un higrómetro para conservar la humedad necesaria, de manera que las vitolas mantengan su calidad intrínseca.
Con el transcurso del tiempo y el ingenio de los artífices estos dispositivos dejaron de ser las cajas de tabiques planos, para convertirse en verdaderas obras de arte que en subastas pueden alcanzar valores de varios miles de dólares.
También los creadores abrieron la gama de materiales a emplear en su construcción y a la acostumbrada madera han sumado, por ejemplo, la piel.
La vedette este año en la cita de los miembros de la ACAA de la provincia de Matanzas, es una labor de 1,6 metros de alto por similar de ancho, que rememora el célebre coliseo romano.
Otras piezas no menos admiradas son las réplicas de un auto de principios del siglo XIX, una pirámide, escudo de armas, araña y hasta de un motor de agua y sus conexiones de tuberías.
Los participantes en el evento, fijado hasta el 24 de mayo, concursan por el Gran Premio, tres primeros lugares y el galardón de la popularidad en las especialidades de humidores, utilitario, decorativos, plástica y coleccionismo.
Como parte del programa se ofrecen conferencias, muestras de coleccionistas y actividades vinculadas con las artes visuales.
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